MIEDO
Tú que a tenazas mi alma y mi
corazón, tú que llegas en inoportuno momento y obligas a mi cuerpo a un
disfuncional comportamiento, tú que me impides disfrutar la felicidad que la
vida ha querido poner en mi camino, que te empeñas en enturbiar con tu presencia
cada gratificante segundo.
A ti te pido que desaparezcas de
nuestras vidas, que te vayas y no regreses, que olvides donde encontrarnos.
A ti, miedo, a ti te pido hoy ese
favor, vete, pero hazlo lejos, donde pueda olvidarte y vivir sin la angustia de
sentirte regresar, sin la sensación de que todo lo inundaras, sin el agobio de
saber que seguirás aquí cual indiferente verdugo esperando el momento de
ejecutar al reo.
A ti miedo, que me niegas la
posibilidad de lo desconocido, a ti te pido que dejes nuestras vidas, para que
los fantasmas del pasado se queden allí, allí de donde nunca deberían de salir,
ese rincón del recuerdo de donde ocasionalmente huyen con la única intención de
atormentar a sus propietarios.
C. Rodríguez
6/09/2017
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