AUSENCIA
¿Cuánto tiempo ha de pasar para que
echemos de menos a alguien?
¿Cuánto tiempo se supone que sería
lo normal, cuanto sería demasiado o cuanto seria poco?
El tiempo, ese concepto que
todos creemos tener tan claro, eso que somos capaces de medir con
infinidad de métodos diferentes, ese abstracto que, implacable, controla
nuestras vidas.
Es curioso, o al menos a mi
me lo parece, lo relativo que puede ser algo que desde hace siglos medimos con
más o menos exactitud.
Hoy, y no es la primera vez que
me sucede, me he parado a pensar en ello, en esa relatividad de algo tan
exacto.
Todos tenemos clara la duración
de un día, una hora, un minuto... y sin embargo tenemos la
impresión de que en ocasiones parece pasar a velocidad de vértigo y otras parecen
haberse detenido. Supongo que esta percepción interior tendrá mucho que
ver con las circunstancias del momento, con la presencia o ausencia de
alguien especial.
Sin duda todos echamos de menos a
alguien, seres queridos que ya no están, amigos que están
lejos, parejas a las que no vemos con la frecuencia deseada
Y es entonces cuando el tiempo
más fluctúa, cuando parece detenerse, cuando los minutos parecen horas,
las horas días y los días semanas. Cuando parece no llegar nunca el momento del
reencuentro, y cuando por fin llega, el tiempo vuelve a jugar con nosotros,
pero en esta ocasión acelera su paso y las horas se hacen minutos, los
minutos se convierten en segundos, haciendo así que ese momento que tanto habíamos
ansiado se haga efímero, y a la postre insuficiente para calmar nuestras
necesidades.
Siempre nos quejamos de que no
tenemos tiempo para esta estar con aquellos que queremos o apreciamos, pero...
¿Cuánto de nuestro tiempo estamos
perdiendo en cosas absurdas, sin importancia?
Hoy quiero decir que sí, que es
cierto, que te echo de menos cuando no estás a mi lado, cuando no puedo
ver tus ojos, cuando no oigo tu risa, cuando no huelo tu pelo.
Si es cierto que cada minuto sin
ti se me hace eterno, que las ganas de verte alimentan mi ansiedad...
Menos mal que para aliviar este
agobio sentimental puedo escuchar tu voz, aunque sólo sea a través del teléfono.
C. Rodríguez
27/09/2017
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