martes, 23 de enero de 2018

AUSENCIA *POST RECUPERADO*


AUSENCIA

¿Cuánto tiempo ha de pasar para que echemos de menos a alguien?
¿Cuánto tiempo se supone que sería lo normal,  cuanto sería demasiado o cuanto seria poco?
El tiempo,  ese concepto que todos creemos tener tan claro, eso que somos capaces de medir con infinidad de métodos diferentes, ese abstracto que, implacable,  controla nuestras vidas.
Es curioso,  o al menos a mi me lo parece, lo relativo que puede ser algo que desde hace siglos medimos con más o menos exactitud.
Hoy, y no es la primera vez que me sucede,  me he parado a pensar en ello, en esa relatividad de algo tan exacto.
Todos tenemos clara la duración de un día,  una hora,  un minuto...  y sin embargo tenemos la impresión de que en ocasiones parece pasar a velocidad de vértigo y otras parecen haberse detenido. Supongo que esta percepción interior tendrá mucho que ver con las circunstancias del momento,  con la presencia o ausencia de alguien especial.
Sin duda todos echamos de menos a alguien,  seres queridos que ya no están,  amigos que están lejos,  parejas a las que no vemos con la frecuencia deseada
Y es entonces cuando el tiempo más fluctúa,  cuando parece detenerse, cuando los minutos parecen horas, las horas días y los días semanas. Cuando parece no llegar nunca el momento del reencuentro,  y cuando por fin llega, el tiempo vuelve a jugar con nosotros,  pero en esta ocasión acelera su paso y las horas se hacen minutos,  los minutos se convierten en segundos, haciendo así que ese momento que tanto habíamos ansiado se haga efímero,  y a la postre insuficiente para calmar nuestras necesidades.
Siempre nos quejamos de que no tenemos tiempo  para esta estar con aquellos que queremos o apreciamos, pero...
¿Cuánto de nuestro tiempo estamos perdiendo en cosas absurdas,  sin importancia?
Hoy quiero decir que sí, que es cierto, que te echo de menos  cuando no estás a mi lado, cuando no puedo ver tus ojos,  cuando no oigo tu risa, cuando no huelo tu pelo.
Si es cierto que cada minuto sin ti se me hace eterno, que las ganas de verte alimentan mi ansiedad...
Menos mal que para aliviar este agobio sentimental puedo escuchar tu voz, aunque sólo sea a través del teléfono.

C. Rodríguez
27/09/2017

No hay comentarios:

Publicar un comentario