miércoles, 22 de agosto de 2018

Aprendiendo

Una noche más sin poder conciliar el sueño,  una nueva oportunidad de intentar escribir aquello que quisiera decir y no se como hacerlo, una nueva oportunidad de intentar decir aquello que ni me atrevo a pensar.
Si, lo se, soy la contradicción personificada, siempre que habló parece que no fuese a terminar de hacerlo nunca,  que puedo parecer muy seguro de mi mismo cuando en realidad estoy aterrado por la situación del momento,  ¿pero que le voy a hacer? Durante gran parte de mi vida he tenido que mostrar una cara diferente a la que mi estado de ánimo me pedía, me acostumbré a navegar en el mar de la incertidumbre, a ir saltando de una tormenta a otra como si estuviera jugando a la oca, y de ello he aprendido a guardar en sitio seguro y seco aquello que de verdad es importante.
Estas lecciones no fueron gratis, aprender a vivir nunca lo es, pero ahora que el destino (llámalo como prefieras) ha decidido ponerte a mi lado,  darme la oportunidad de continuar el camino junto a ti, ahora es cuando descubro que no se puede nadar y guardar la ropa, ahora me doy cuenta que sólo hay una forma de amar, esa que tu me estas enseñando, entrenándose totalmente,  sin dejarse el corazón en una caja por si se pudiese lastimar.
Ahora me doy cuenta que amar duele, duele de alegría, duele por no saber cuando te vuelo a ver, duele cuando he de separarme de ti, aunque sólo sea un instante, duelen esos momentos de inseguridad, y los de pasión contenida, ¿pero sabes qué ?  Este dolor no hace daño, más bien todo lo contrario.
Ahora se que una simple caricia puede ser mejor que una noche de sexo, que no hay placer igual al que me dan tus besos, que nadie me ha encendido como tu lo haces, sin hacer nada, sin más que tu mirada, tu sonrisa, tu voz. A tu lado estoy reaprendiendo valores que ya tenía olvidados, doy importancia a esos pequeños detalles que antes me sobraban,  y es que (aunque siga teniendo ganas de ti) estoy aprendiendo a distanciar nuestros encuentros más íntimos, estoy aprendiendo a valorar esas caricias, esos besos, ese dormir pegados sin que nada tenga que pasar. Aprendo si, aprendo, aunque lo haga despacio, como el hablar... Tal vez pie eso, para decirte lo que de verdad te amo, tengo que que escrito, y es que sí lo digo ... tal vez el viento quiera llevarse mis palabras.

C. Rodríguez
6/06/2018

No hay comentarios:

Publicar un comentario