Tu
verdad, mi verdad, su verdad. Según como, según qué, según quien. Todo cambia sin
dejar de ser, todo es según el ángulo desde donde lo mires.
Cuadrado,
triángulo o pirámide, cambiará aquello que tú ves, mas no su esencia, ni dejará
de ser lo que es. No ser tu ojo tu ojo quien te engañe, lo hará tu mente que se
limitará a analizar la imagen y tu percepción de la misma.
Lo
mismo ocurre con las personas, según nuestro punto de vista podrá ser de muchas
maneras diferentes, pero no dejará de ser la misma.
Sucede
con el ser humano que actuamos como un espejo, vemos en el prójimo aquello que
nosotros somos, pues en el proyectamos nuestros miedos internos, nuestras
angustias y frustraciones, nuestro YO más escondido.
En
él veremos reflejadas nuestras inseguridades, nuestros traumas, aquello que se
oculta en nuestro subconsciente, aquello que nos sale sin darnos cuenta, que
nuestro “YO CONSCIENTE” lucha por mantener oculto y callado, pues eso es lo que
puede hacernos débiles en los momentos menos convenientes.
Desde
hace mucho soy consciente de mi “otro yo", conozco mis miedos y lucho a
diario con ellos. Conozco mis defectos, que todavía son muchos, pero que ya
fueron más. Sé de mis virtudes, que no son muchas.
Cada
me equivoco 100 veces, y 1000 pediré perdón y me disculparé por ello, y es que
no se me caen los anillos por hacerlo (entre otras cosas porque tampoco los
uso).
Soy
cabezota, lo sé, pero cedo ante los argumentos adecuados, esos que no dejan
margen a la duda, que desmontan cualquier empecinamiento y es entonces cuando
me bajaré del burro. Aunque también es cierto que con determinadas personas
tiendo a dejar atrás cualquier razón y doy
mi brazo a torcer para no entrar en discusiones.
Si
pides mi sangre, con gusto la entregaré, no importa para quien, ni para qué,
simplemente pídela.
Al
final me he desviado del tema, intentemos retomar donde lo habíamos dejado.
Estamos
en unos días especiales, donde ya no hay prisas, donde pasan lentas las horas y
buscamos mil y una formas de ocupar todos esos minutos.
Pues
bien, que mejor momento para que nos dediquemos tiempo a nosotros mismos, pero
no del modo egoísta al que esta sociedad nos ha acostumbrado, hagámoslo volviendo
nuestros ojos hacia nuestro interior, vaciemos nuestras mentes de todo
pensamiento y hagamos un verdadero examen de conciencia.
Dejemos
atrás el ruidoso escándalo que nuestras
ideas o pensamientos cotidianos producen en nuestras cabezas y sintamos fluir esa
energía pacificadora que emerge desde el universo y nos inunda.
Aprovechemos
para hacer limpieza, pero no sólo en armarios y trasteros, saquemos fuera
de nuestras Almas y nuestros corazones todos
esos sentimientos negativos que tan sólo nos han estado lastrando en el duro
camino de la vida.
Enviemos
al vertedero del olvido todas esas viejas rencillas, esos odios absurdos que a
nadie más que a nosotros mismos hacen sufrir. Volvamos a vivir en paz y armonía
con nuestro entorno, llenemos cada poro de nuestra piel con esa energía
positiva que nos rodea y olvidemos las negatividades que nos han atado a un
pasado que ya no existe.
Llego
la hora de aprender a volar como la más hermosa de las mariposas, es hora de cambiar
nuestros puntos de vista, de dejar atrás el suelo cubierto de hierbas y hojas,
de grandes árboles que no nos dejan ver el bosque, y comenzar a volar. Volar para ver el bosque,
los ríos, valles y montañas que ahora se abren ante nuestros ojos.
Este
es el momento de darnos esa oportunidad que tanto tiempo llevamos negándonos,
es el momento de dejar fluir sin miedo esos sentimientos que hemos estado
reprimiendo por miedo a repetir experiencias o situaciones ya pasadas y que ya deberíamos
de haber dejado atrás.
Date
la oportunidad de amar a esa persona que de verdad está dispuesta a darlo todo
por ti, pero también date la oportunidad de amarte a ti mismo/a, porque sólo
cuando te ames a ti mismo serás capaz de amar y dejarte amar.
Tenemos
tiempo para la reflexión, para sentarnos en silencio y meditar relajadamente
sobre la vida, sobre nosotros y nuestro entorno, sobre el universo y su fuerza,
no dejemos pasar la oportunidad.
C.
Rodríguez
28/03/2020