Larga noche solitaria,
de horas interminables,
de minutos que como sables
atraviesan incansables.
Segundos que lentos se suceden,
mientras en mi recuerdo se agolpan,
imágenes que cual collage forman,
coloridos cuadros que reconfortan.
Noche infinita, cargada de tinta,
horas infames que aturden mi mente,
largos minutos de escritura imprudente,
horas pensando en ella solamente.
Manto oscuro que de indiscretas miradas me oculta,
que en su silencio esconde la inspiración incauta,
que mis palabras guía y mis sentimientos delata,
que sutilmente me obliga a una nueva página escrita.
Tiempo invertido, que no en vano perdido,
que para el descanso estaba destinado,
y en unas cuantas líneas fue consumido,
en sentimientos expresado.
C. Rodríguez
7/02/2020
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