Dejé volar libre mi corazón, mientras mi cuerpo en brazos de Morfeo se entregaba.
Voló feliz por ese mágico mundo donde la realidad es un sueño y los sueños se hacen realidad.
Entre estos sueños estabas tú, con esa angelical sonrisa. Tú que llegaste un día y con dos palabras de mi vida eliminaste la prisa. Tú a quien me gusta tanto como me cuesta arrancarte una risa.
Y decidió mi corazón seguirte en ese viaje, dejando atrás los miedos que llevaba como equipaje, soltando todo el lastre que impedía el vuelo a la felicidad.
Delicioso viaje que comienza cada noche, que inicia su andadura cuando en mi solitaria alcoba a mis labios retorna el dulce sabor de tus besos, esos que como el más dulce de los licores embriaga mis sentidos y la razón me hace perder.
Lentamente y con cautela sigo tus pasos, caminando al ritmo que tú vas marcando, persiguiendo ese sueño que ambos construiremos juntos, que en realidad convertiremos, y que día a día ampliaremos, porque el horizonte del amor no tiene límites.
Vuela mi corazón persiguiendo un sueño y ese sueño eres tú.
C. Rodríguez
16/02/2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario