domingo, 4 de noviembre de 2018

Una de insectos

UNA DE INSECTOS

Mis alas rotas he curado,
tras las grietas que les hicieron,
ya en vuelo me he alzado,
el peso sin miedo soportaron.

Atrás quedan las inquietas libélulas,
que junto a mi un día volaron,
cuando ya bailar no quisieron,
sin un adiós se alejaron.

Triste por sus aleteos no seguir,
rotas mis alas y mi corazón
en mil pedazos que reconstruir,
con paciencia y decisión
todos los esos trozos
con hilos de colores pude unir.

Deje de largo pasar,
las gráciles mariposas
que quisieron jugar,
antes de que mis alas
pudiesen de nuevo volar.

También la mantis me visitó,
mis fuerzas quiso probar,
con mis alas aún dañadas,
para de sus fauces escapar,
yo me tuve que arrastrar.

Cuando menos lo esperaba,
con mis alas remendadas,
cuando con volar sólo soñaba,
junto a mi, otra alma solitaria.

A caminar juntos comenzamos,
paso a paso, sin atropellarnos,
mutuamente ánimo nos damos,
mientras fuerzas recuperamos.

Sus alas y las mías,
con cicatrices de mil espinas,
dando puntadas todos los días,
y sanando así las heridas.

Juntos el vuelo alzaremos,
para el alto cielo alcanzar,
juntos en azul bailaremos,
siempre al mismo compás.

Que digan lo que quieran,
nuestras alas ya no se plegaran,
nuestro vuelo no alcanzarán,
inmunes a tanta palabrería,
danzan libres en el aire,
tu alma y la mía.

C. Rodríguez
4/11/2018

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