MIENTRAS REMENDABA
Yacía sobre la mesa abandonada
la vieja pluma y la tinta derramada,
de la mano del escritor olvidada,
por falta de inspiración desconsolada.
De los pensamientos el autor renegaba,
de desamor su poesía desbordaba,
a seguir escribiendo la mano se negaba,
mientras su maltrecho corazón remendaba.
Prefirió el silencio de una página inmaculada,
a dejar brotar las letras que su Alma le dictaba,
pero el ruidoso silencio su mente maltrataba,
mientras su maltrecho corazón remendaba.
Quería olvidar, quería volver a amar,
quería atrás los miedos dejar,
quería por un instante no dudar,
quería de nuevo la pluma empuñar.
A diario frente a ella se sentaba,
con ansia y deseo la contemplaba,
entre sus dedos tomarla deseaba,
pero el miedo a escribir le atenazaba.
Poco a poco el tiempo pasaba,
aquella herida cerrando estaba,
día a día, puntada a puntada,
mientras su maltrecho corazón remendaba.
C. Rodríguez
7/01/2020
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