domingo, 1 de septiembre de 2019

UNA HISTORIA EN EL CAJON


UNA HISTORIA EN EL CAJON

Aquel día quise comenzar a escribir una historia, una de esas historias que nos aceleran el corazón y nos hacen soñar. No quería repetir nada de lo ya escrito en otras historias, quería que esta vez todo fuese diferente, porque también su protagonista lo era.
Ella no era una  de esas mujeres que pasaban desapercibidas, más bien era de las que sabía destacar,  pero lo hacía por su cerebro y no por su físico,  que desde luego también era hermoso.
Nunca es fácil comenzar a escribir una nueva historia, siempre sentimos que esas primeras líneas no engancharan a nuestros lectores, que se hace todo demasiado predecible, demasiado obvio, y las revisamos una y otra vez tratando de mejorar, de hacerla diferente.
Sin embargo no había cambiado ni una sola coma en aquel comienzo. La historia fluía con mayor soltura de la esperada, incluso más de la que yo había imaginado y deseado.
Línea a línea me atrapaba, capturando toda mi atención. Antes de que pudiera darme aquella mujer había logrado  colándose en mi corazón y hasta el fondo de mi alma sin que nada pudiera hacer por evitarlo.
Siempre he sido bastante difícil en esto de los sentimientos, pero esta vez era tan distinto, mi corazón se había abierto igual que una rosa en primavera, y lo mejor era que aquella sensación no me desagradaba, al contrario, me hacía sentir muy a gusto, me reconfortaba y trasmitida paz.
Me encontraba como en una nube, las páginas se iban llenando de hermosos momentos, y también con algunos algo tensos, pero que siempre se resolvían con un final feliz del episodio.
Pero algo se torció en la trama de aquella historia,  los acontecimientos dieron un extraño vuelco y en pocas páginas todo había cambiado . La felicidad se convirtió en frustración, los reproches adoraban sin sentido alguno, y el amor convertido en rencor hacia irrespirable el ambiente en demasiadas ocasiones.
Fue así como aquella historia dejó de ser escrita, se quedó arrinconada en un cajón esperando una nueva oportunidad,  esperando que tal vez algún día el viento del tiempo y una tormenta de sensatez se lleven todas esas malas sensaciones, desentierren los buenos recuerdos y así,  la pluma de la vida inicie de nuevo la escritura.

C. Rodríguez
01/09/2019

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