NO TE PIERDAS EL MUNDO
Hace
ya algún tiempo, Mario Benedetti escribía: “No vayas a creer lo que te cuentan
del mundo, ni siquiera esto que te estoy contando, ya te dije que el mundo es
incontable”
Hoy,
que por casualidad me he encontrado con esta rotunda frase suya, he querido sentarme
y reflexionar sobre cuanto nos dejamos engañar por nuestros sentidos, y esa
reflexión trajo a mi recuerdo algo que me decía hace tiempo un viejo que conocí
en una de esas aldeas casi olvidadas y
por las que transito de vez en cuando en mis andainas. Charlando sobre
el ser humano y su gusto por las vidas ajenas me decía: “no has de creer nada
de lo que oyes, y de cuánto veas sólo la mitad”.
Cuanta
razón tienen ambas frases.
Vivimos
en una sociedad donde las redes sociales rigen nuestras vidas, si no estas
presente en ellas es como si ni siquiera existieses, se te ve como recién
llegado de otro planeta, pero uno tan ancestral que nadie puede entenderte, o
más bien, nadie quiere conocerte.
Hoy,
que sentarse con otro ser humano y conversar mientras una taza de café es
testigo mudo de todas las confidencias que puedan surgir, ya se ha convertido en
algo “retro".
Hoy
que cultivar amistades no es más que coleccionar enlaces a perfiles en las
redes.
Hoy
que pocos se atreven a dar la cara, y la mayoría opina, juzga critica, etiqueta y destruye, agazapados tras
el frío cristal de una pantalla.
Hoy
que los viajes ya no se hacen gastando las suelas de unos cómodos zapatos, cuando
se recorre el mundo sin salir del sofá.
Hoy
que los amores se miden por la cantidad de fotos subidas a tal o cual APP.
Hoy,
aquí y ahora.
Y
sí, utilizando el medio “moderno” de comunicación.
Yo
reivindico mi rebeldía, mi insumisión ante el yugo controlador de las grandes
multinacionales de la información. Y os invito a vosotros a uniros, a volver a
llenar los bares, los cafés, los bancos en los parques, etc. Llenarlos de tertulias, de risas, de
confidencias, de abrazos, de besos, de amistades, de amores.
Y os
invito a vaciar todos esos lugares, vaciar los de móviles, de tablets, de
pantallas que puedan distraer la atención.
Reunámonos
en torno a una mesa, con un café, una cerveza, un vaso de agua, eso es lo de
menos, lo importante es la compañía.
Volvamos
a aquellas buenas costumbres de conocer a las personas.
No
soy ajeno a la tecnología, pero también me tomo mi tiempo para ver el mundo que
me rodea, para salir a descubrir esos rincones maravillosos que nos ofrece nuestro
planeta, para ver con mis ojos, escuchar con mis oídos, oler con mi nariz, acariciar
con mis manos toda esa belleza. Y lo hago porque no importa cuántas veces te lo
cuenten, cuantas fotos y vídeos puedas ver sobre esos lugares, todo será
mentira.
Pensaras
que me he vuelto loco por afirmar que todo eso será mentira, pensarás que no tiene mucho sentido tan
rotunda afirmación, pero créeme, lo
tiene.
La
verdad es algo subjetivo, por eso dos seres que están en el mismo lugar, en el
mismo instante, verán y sentirán cosas
diferentes.
Por
eso hoy te digo, no dejes que te lo cuenten, vívelo por ti mismo.
C.
Rodríguez
2/09/2019
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