jueves, 20 de junio de 2019

ERAN TAN SOLO UNA VOZ


ERAN TAN SOLO UNA VOZ

El destino había querido que fuese ella quien descolgarse el teléfono aquella mañana, hablaron de temas profesionales y durante esos minutos algo mágico estaba sucediendo sin que ninguno de los dos se diese cuenta de ello.
Entre los comentarios profesionales surgió hablar del tiempo,  una conversación del todo trivial y sin nada que pudiera hacer pensar lo que vendría después.
En esos días hubieron de hablar en más ocasiones  y además de los temas de trabajo y el tiempo atmosférico,  surgieron temas personales,  pero de los que no tienen mayor importancia ni trascendencia.
La confianza entre ambos iba en aumento,  las llamadas ya no eran profesionales y  desde luego por su duración quedaba claro que se encontraban cómodos y relajados mientras conversaban. Las horas iban acumulándose el contado mientras en ellos parecía crecer una necesidad de escuchar al otro.
Naturalmente no podían mantener aquellas largas charlas desde el teléfono del trabajo,  pero para entonces ya ambos tenían el número del otro.
No eran más que eso, una voz al otro lado del teléfono,  pero esa voz les hacía sentirse bien, les hacía querer que el día pasase rápido y llegase la noche, para volver a descolgar el terminal y desconectar del resto del mundo.
Durante las horas que se pasaban hablando no existía nada más,  los problemas se desvanecían y parecía detenerse el tiempo.
Bromas sobre que pasaría si llegasen a verse, momentos imaginarios contemplando la puesta de sol, noches bajo las estrellas. Imaginaban paseos junto al río y a la orilla del mar, y esto ya les bastaba para hacer más fácil la lejanía.
Yo no me atrevería a decir que entre ellos hubiera surgido algo parecido al amor, pero si es cierto que escuchar sus conversaciones era como oír a una de esas parejas que han de permanecer separados por la distancia y saben que ese teléfono es lo que mantiene vivos los sentimientos.
Era francamente hermoso escucharles, sus voces parecían bailar según iban hablando,  y aquellas despedidas casi hechas susurros….
Quien sabe como seguirá esa historia, por el momento ellos ya no son tan sólo una voz, ya son la voz que el otro espera oír cada noche antes de dormir.

C. Rodríguez
20/06/2019

No hay comentarios:

Publicar un comentario